Un día recibes una llamada de alguien que no conoces y te dice que necesita tu ayuda, su madre cumple 90 años y quiere sorprenderla con una tarta.
Vale, hasta allí todo normal, pero luego te cuenta que su madre enfermó hace algunos años y que a raíz de eso ya no oye nada y que no pueden cantarle el feliz cumple, porque no los podrá escuchar y eso la pondría triste, y nadie quiere estar triste el día de su cumpleaños.
Entonces comienza el reto: que una tarta de cumpleaños sea, ademas de tarta, música y canción.
Me emocionó el pedido de Pilar, y lo agradezco, pues de algún modo me hizo sentir participe de la sorpresa para su madre. Y es por eso que las tartas de cumpleaños no son un postre mas, se puede contar una historia, hablar del homenajeado, o incluso cantar una canción...
Y cuando luego te llaman y te dicen que estaba riquísima, pero ademas cumplió su objetivo y su madre tuvo el feliz cumpleaños esperado... sonríes...y te das cuenta que un trozo de pastel es mucho mas de lo que a simple vista se ve, como diría
el principito "lo esencial es invisible a los ojos"